"Rede um Grito pela Vida"
El compromiso con el Reino, que nos lleva a luchar por un mundo mejor para todos y todas, debe ser una prioridad que nace del bautismo. Respondiendo a esa responsabilidad y movida por ese deseo, la vida religiosa en Brasil creó hace 10 años la "Rede um Grito pela Vida", buscando el enfrentamiento a la trata de personas.
La capital del país ha reunido de 19 a 22 de octubre a 70 religiosas, religiosos y laicas, que han celebrado la primera década de existencia, evaluando la trayectoria recorrida hasta ahora y proyectando el camino a seguir en el futuro, eligiendo para ello al nuevo equipo de articulación general y de las diferentes regiones.
La situación por la que el mundo y el país pasan, en la que el dominio del sistema neoliberal nos ha llevado a una situación en la que no se respeta la vida de nadie, con pérdida de derechos y de políticas de inclusión social, ha tenido como consecuencia el aumento de la trata de personas en todas sus dimensiones.
A partir de ahí, esta Red, en la que actualmente participan más de 200 religiosos y religiosas y de 75 laicos y laicas y en la que se hacen presentes una centena de congregaciones, esparcidas por casi todos los estados del país, ha crecido en gran medida, pues en el comienzo eran sólo 28 personas, a pesar de la falta de recursos, ganando en visibilidad e incidencia socio-política, fruto de un cada vez mayor proceso de formación, aunque todavía falta en muchos ambientes eclesiales el reconocimiento explícito que esta causa merece y que constituye un gran ejemplo de una Iglesia en salida, que se hace presente en la periferias geográficas y existenciales, organizándose, en palabras de Carlos Mesters, "a partir de la fe en Dios y del amor a la vida".
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